¿Los sentidos pueden abarcar más allá de lo que nos han enseñado? Una reciente investigación revela que sí, es posible que nuestros sentidos no se limiten a su lugar de origen, ya que estudios demuestran que las células tienen la capacidad de reconocer el sonido.
Un ejemplo de ello es que es probable que hayas experimentado un sonido tan fuerte, que pareciera que lo estabas escuchando no solo con los oídos. Sino que este iba más allá, atravesándote el cuerpo. Esta sensación suele ser más común de lo que se cree, y ha sido investigada por científicos de la Universidad de Kioto, Japón.
El estudio se publicó en la revista Communications Biology, en donde se explica el experimento que llevó a cabo un equipo de científicos. Detalla cómo es que las células vivas son capaces de responder de forma directa a ondas acústicas audibles, alterando su expresión genética y sus funciones.
Lo cual sugiere que el sonido no solo puede ser detectado por los oídos, sino que las células también son capaces de percibirlo. Asimismo, también genera procesos como la adhesión celular o la diferenciación de células grasas.
¿Qué es el sonido?
Casi siempre, el sonido ha sido estudiado como una experiencia sensorial. Sin embargo, el equipo de científicos japoneses, bajo el liderazgo de Masahiro Kumeta, decidieron investigar si las células son capaces de escuchar. Además de observar cómo es que responden a la estimulación acústica.
Para lograrlo, construyeron un sistema experimental en el que células cultivadas se exponían de forma directa a ondas sonoras dentro de un medio líquido. Aquí, no tenían necesidad de órganos auditivos que medien la percepción.
Aplicaron tres tipos de sonidos: uno de baja frecuencia (440 Hz), uno de alta frecuencia (14 kHz) y ruido blanco (sonido que presenta la misma intensidad en todas las frecuencias audibles para el oído humano). Un ejemplo de este es como el de un canal de televisión o radio sin sintonizar o el ruido de un electrodoméstico.
La intensidad de este se mantuvo en 100 pascales, dentro del rango fisiológico al que podrían exponerse las células dentro del cuerpo. Después de que se analizaran los efectos después de 2 a 4 horas de exposición, identificaron 42 genes con cambios tempranos y 145 con respuestas más tardías.
“En total, se identificaron 42 y 145 genes sensibles al sonido tras 2 y 24 horas de emisión continua”, revelan los científicos. Lo que demuestra que las células son capaces de reconocer e interpretar estímulos de sonido.
Descubrimientos destacados
La activación del gen Ptgs2 (Cox-2), que se relaciona con procesos inflamatorios y producción de prostaglandinas sorprendió a los científicos, pues respondió de inmediato a los estímulos sonoros. Asimismo, las células preadiposas (precursoras de las células grasas), fueron bastantes sensibles.
Cuando se expusieron al sonido, las células no maduraron. Pero no todas las células responden de la misma manera a todos los sonidos. Pues la frecuencia y la intensidad de la onda influye en cómo responden las células. Es decir, ondas cuadradas y triangulares, que contienen múltiples frecuencias además del tono base, generaron efectos distintos respecto a las ondas senoidales puras.
También descubrieron que, tras una pausa de hasta 24 horas, las células aún eran capaces de reconocer el sonido y activar los mismos genes, aunque en intensidades menores.
Esto podría tener aplicaciones médicas y biotecnológicas, ya que, si los sonidos son capaces de modular genes que se relacionan con la inflamación, la migración celular o la formación de grasa, y que pueda hacerlo sin contacto físico ni sustancias químicas, podría utilizarse como una posible herramienta para terapias no invasivas.
Y podría ayudar en tratamientos contra la obesidad o enfermedades metabólicas. Aunque los científicos mencionan que aún se necesitan más estudios para afirmar que este descubrimiento sea efectivo para usarse como tratamiento o terapias no invasivas.