Con profunda tristeza, entre lágrimas y recuerdos, acompañado de la tradicional caja, caña y quenilla, fue despedido el padre Juan Vega. Después de haber sido velado, durante la pasada jornada de la iglesia San Martín de Porres, un grupo masivo de quenilleros y tamboristas, lo acompañaron hasta la iglesia San Roque, para celebrar la misa de cuerpo presente.
