¿Te has preguntado si es posible ver que la sangre humana nazca fuera del cuerpo humano? Sorprendentemente, esto ya es posible, pues un equipo de científicos ha conseguido observar cómo es que se produce la sangre humana fuera del cuerpo. Lo cual podría ser de gran ayuda para comprender mejor las enfermedades relacionadas con este tejido.
Nuevas investigaciones llevadas a cabo por científicos de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, demostraron por primera vez cómo es que nace la sangre humana fuera del cuerpo. Gracias a un procedimiento que les permitió visualizar cómo es que un embrión es capaz de producir células sanguíneas.
Para que esto fuera posible, se creó un embrión humano a partir de células madre, mediante el cual pudieron ver cómo es que surgen estas importantes células. Dicho modelo recibe el nombre de hematoide, que fue capaz de imitar los procesos que se consideran clave en el desarrollo temprano de los embriones humanos.
Científicos lograron recrear un hematoide con el que observaron cómo es que se producen las células sanguíneas
El hematoide, como mencionamos, logró mostrar el surgimiento repentino de sangre en placas de laboratorio. “Fue un momento emocionante cuando apareció el color rojo de la sangre en el cultivo, visible a simple vista». Mencionó Jitesh Neupane, primer autor del estudio.
Este increíble avance ya ha sido patentado por Cambridge Enterprise. Los resultados podrían ser utilizados potencialmente en estas siete aplicaciones:
Comprensión del origen de enfermedades hematológicas.
Modelar y estudiar en laboratorio trastornos como la leucemia y otras enfermedades, sin recurrir a experimentación en humanos.
Probar nuevos medicamentos y compuestos sobre células sanguíneas creadas en laboratorio.
Desarrollar terapias regenerativas y personalizadas, ya que las células madre pueden obtenerse del propio paciente.
Investigar el desarrollo del sistema inmune humano, especialmente la generación de linfocitos T y otras células defensivas.
Facilitaría el diagnóstico y tratamiento de distintas patologías hereditarias.
Mejoraría las pruebas de compatibilidad sanguínea para trasplantes y transfusiones.
Descubriendo el origen de la sangre
Era difícil saber cómo es que se forman las células sanguíneas en las primeras etapas de la vida humana, pero era prácticamente imposible. Sin embargo, los investigadores buscaron recrear la ‘segunda ola’ de de generación de células madre hematopoyéticas. Que pueden convertirse en cualquier célula sanguínea.
Por lo que diseñaron un entorno en el que las células madre sean capaces de transformarse en sangre sin tener que añadir proteínas externas o modificar genes. Consiguiendo un hematoide que replica el desarrollo por el que atraviesa el cuerpo humano en los primeros días después de concebirse.
El maravilloso proceso partió de las células madre pluripotentes, capaces de formar cualquier órgano o tejido. Se cultivaron, y formaron hematoides, que son agrupaciones celulares que en tan solo dos días surgieron de las tres capas germinales, que es la base de todos los sistemas del cuerpo humano.
En 8 días, algunas agrupaciones presentaron células cardiacas capaces de latir, y para el día 13, apareció color rojo en los hematoides. Es decir, una señal inequívoca de que se estaban produciendo células sanguíneas, podían verse a través del microscopio y a simple vista. Mientras que los análisis demostraron que se trataba de células madre hematopoyéticas.
“Nuestro nuevo modelo imita el desarrollo de sangre fetal humana en el laboratorio”, expresó el doctor Neupane a través de un comunicado.
Un ‘milagro’ visto fuera del cuerpo humano
No solo eso, sino que los hematoides lograron desarrollar células del corazón y de la sangre al mismo tiempo, algo casi imposible de observar fuera del cuerpo humano. Estos llegaron a una etapa comparable a la semana 4 o 5 de un embrión humano.
Debido a que solo reproducen las primeras semanas del embarazo antes de la implantación en el útero materno, es que hay todavía grandes limitaciones, pues no tienen saco vitelino ni placenta. Sin embargo, el profesor Azim Surani, coordinador de la investigación, mencionó: “Este modelo está en etapas tempranas, pero su potencial de investigación es enorme”.
El estudio se publicó en la revista Cell Reports.