Los microplásticos ya se encuentran en todos lados. Desde el medioambiente hasta el mismo cuerpo humano. Y, hay un detalle con este tipo de sustancias: tienden a acumularse más en algunos órganos del cuerpo, siendo el cerebro uno de los más afectados.
Cada día, se producen y desechan millones de toneladas de plásticos. Ya sea en el mar, en vertederos clandestinos o se utilizan como relleno. Poco es el porcentaje que se reutiliza o recicla de manera correcta.
Por este motivo, muchos de los ecosistemas terminan por contaminarse con estas sustancias. Los animales las comen, pues la comida que ingieren contiene plásticos y microplásticos. Y de ahí, se pasa al cuerpo humano, cuando este llega a la mesa de las personas.
Debido a que consumimos una gran cantidad de alimentos que tienen microplásticos, estos se van acumulando poco a poco en el cuerpo. En algunos órganos, se acumulan más que en otros. Y como ejemplo, tenemos al cerebro.
Estudios recientes han demostrado que los microplásticos se acumulan en más cantidad en algunos órganos del cuerpo
Un estudio publicado en la revista Nature Medicine ha registrado un aumento general en la concentración de microplásticos en cuerpos en los últimos 8 años. Dicho aumento es más evidente en las muestras del cerebro que en otras zonas estudiadas.
Como ejemplo, las concentraciones eran de siete a treinta veces mayores en muestras cerebrales que las concentraciones en el hígado o los riñones. No hay dudas de que el hallazgo es inquietante, pero todavía no se sabe cuáles son los efectos que provoca en el cuerpo una alta concentración en los órganos.
Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigadores analizó muestras cerebrales de personas fallecidas entre los años 2016 y 2024. También miró un poco más atrás y analizó muestras de tejido cerebral de épocas anteriores (1997-2013). Descubrieron que en el pasado sí había una menor concentración de microplásticos.
“Esto es simplemente porque estamos más expuestos”, explicó Matthew J. Campbell, biólogo del New Mexico Center for Metals y autor principal del estudio.
“Esta es una mala noticia, pero la buena es que no vimos mayores concentraciones de nanoplásticos en adultos mayores respecto a pacientes jóvenes, lo que puede significar que nuestro cuerpo los elimina con el tiempo”.
Un problema que va en aumento
Ahora que ya se sabe que nuestro cuerpo contiene altas cantidades de microplásticos, debemos tener en cuenta que el problema va en aumento. Sin embargo, lo que requerimos no es saber cuánto tenemos, sino en dónde los tenemos.
“Está bien conocer concentraciones y localizaciones de plástico en el cuerpo humano”. Explica Eva Jiménez-Guri bióloga investigadora de la Universidad de Exeter. Jiménez-Guri. Quien considera que es bastante lógico que los microplásticos se acumulen en mayores cantidades en el cerebro que en otros órganos.
“El plástico es hidrofóbico, así que me parece más normal que se acumule en un tejido que es 60% grasa que a uno que es 0,7 o 2,7% grasa”. Menciona.
Y, aunque aún no se sabe qué es lo que le pueden hacer estos microplásticos a nuestro cerebro, podemos sacar conclusiones con respecto a estudios realizados en animales. Un estudio realizado en 2023 confirmó la presencia de nanoplásticos en el cerebro de peces cebra. Concluyendo que estos les inducía daños oxidativos y aceleraba el envejecimiento cerebral