Una reciente investigación ha revelado un hallazgo impresionante acerca de los dinosaurios. Y es que se descubrió que estos enormes reptiles podrían aportar valiosa información sobre el cáncer y cambiar para siempre la forma en la que lo comprendemos.
Un grupo internacional de científicos descubrió una mandíbula de dinosaurio fosilizada de hace más de 70 millones de años. En este fósil, se percataron de que podrían encontrar respuestas sobre la aparición del cáncer y el mecanismo que lo propicia.
Incluso, podría ser que hayan descubierto cuál es el mecanismo que lo suprime, lo que también aportaría grandes datos de cómo es que estas capacidades han existido desde hace millones de años. Incluso, antes de que los humanos aparecieran.
Científicos descubren en un fósil de dinosaurio lo que podrían ser las respuestas a los orígenes del cáncer
El equipo de científicos enfocó su atención en el dinosaurio Telmatosaurus transsylvanicus, un reptil herbívoro del Cretácico tardío. En sus restos óseos, se detectó un raro tumor benigno conocido como ameloblastoma.
Este hallazgo sorprendió a los investigadores, además de que les permite rastrear los orígenes evolutivos del cáncer. Este mismo hallazgo da lugar a la teoría de que los mecanismos que ocasionan el cáncer e incluso hasta aquellos que lo inhiben se han encontrado en algunos ejemplares animales mucho tiempo antes de que existiera la humanidad.
El afortunado descubrimiento estuvo a cargo de investigadores del Colegio Imperial de Londres, la Universidad Colegio de Londres y la Universidad de Bucarest. Los resultados se publicaron en la revista Biology.
El fósil se descubrió en el río Sibisel, en Rumania. Correspondía a un ejemplar de Telmatosaurus transsylvanicus joven y presentaba una deformidad notable en la mandíbula inferior.
Mediante técnicas no invasivas como la tomografía computarizada (micro-CT) y la microscopía electrónica de barrido (SEM) fue que identificaron características estructurales similares a las de los ameloblastomas modernos.
De este modo, las imágenes SEM permitieron la visualización de estructuras parecidas a eritrocitos y fibras de colágeno dentro del tumor. Esto sugiere una preservación celular muy detallada, brindando datos acerca del tipo de cáncer que afectaba a los dinosaurios.
Un inesperado descubrimiento
Los autores mencionan que esto no deben verse como casos aislados. Pues otros restos fósiles, como los de los hadrosaurios, arrojan que el cáncer existía ya desde épocas tempranas. Y de igual manera, era muy común.
Mediante la investigación, se ha encontrado que algunas rutas genéticas relacionadas con el cáncer en los humanos podrían ser mucho más antiguo de lo que se pensaba. Ejemplo de ello es que en los ameloblastomas humanos se ha identificado una mutación en el gen BRAF. Que también está presente en perros y ratones.
En caso de que se pudiera confirmar que esta misma alteración existía en el tumor del dinosaurio, podría estudiarse mejor cómo es que los tumores fueron evolucionando con el tiempo. En este campo, el análisis de proteínas bien conservadas en fósiles antiguos será de gran ayuda.
Asimismo, una mejor comprensión de cómo el cáncer ha acompañado a la vida desde tiempos antiguos podría incluso aportar grandes datos que lleven a encontrar mejores tratamientos para esta enfermedad.