Descubren la clave del mecanismo de regeneración del ajolote; está en un popular fármaco contra el acné


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Los ajolotes son animales fantásticos, capaces de regenerar sus extremidades de forma completamente natural. En los humanos, esto no es posible, pero se ha descubierto que hay una sustancia que podría desencadenar la capacidad regenerativa en humanos.

Créditos de imagen: Especial

Algunos animales tienen capacidades fascinantes, las cuales se busca replicar en humanos. Algunas de ellas se podrían ver lejanas, pero la ciencia ya se está encargando de investigar cómo se podría llevar esta habilidad a los humanos.

Tras varias investigaciones, un equipo de científicos se dio cuenta de que un fármaco podría ser clave importante para que los humanos puedan adquirir la capacidad de regenerar sus extremidades perdidas.

Así es como lo menciona un nuevo estudio publicado en la revista Nature. En el cual, se han analizado los comportamientos regenerativos de los ajolotes. Estos anfibios tienen una fascinante capacidad de recuperar las extremidades que han perdido, concretamente, sus patas.


La precisión con la que logran hacerlo es asombrosa, cualidad que ha cautivado a los científicos. Quienes ahora buscan que los humanos puedan llevar a cabo la regeneración de extremidades, y han encontrado cuál es el factor clave que ayudaría a lograrlo.

Científicos encuentra la posible clave que ayudaría a los humanos a activar el mecanismo de regeneración

El equipo de científicos ha sido liderado por James Monaghan, investigador de la Northeastern University. En este trabajo, se ha identificado un elemento que resultaría crucial para lograr este proceso.

Se trata del ácido retinoico, que es una sustancia derivada de la vitamina A, misma que se puede encontrar en tratamientos dermatológicos como la isotetrinoína. Este se encuentra comúnmente bajo el nombre de Accutane o algunos parecidos. Generalmente, esta es una sustancia que se utiliza para tratar el acné severo que no ha respondido a otros tratamientos.

De acuerdo con los hallazgos de los investigadores, dicho compuesto actúa como un sistema de señalización que guía la información correcta de cada parte de la extremidad. Para realizar el experimento, el equipo de investigadores utilizó ajolotes modificados genéticamente, capaces de emitir fluorescencia como respuesta a determinadas proteínas.

Créditos de imagen: gorodenkoff | Getty Images

Descubren cuál es la sustancia que es clave para activar el mecanismo de regeneración en los anfibios

Con este proceso, se percataron de que la concentración de ácido retinoico varía cuando se encuentra en proceso de regeneración. Aquí, se dieron cuenta de que altos niveles de este ácido son cruciales en el crecimiento de estructuras proximales, como el fémur.

Mientras que concentraciones más bajas juegan un papel importante en la regeneración de los dedos y los pies. Por otro lado, detectaron que la enzima CYP26b1 es la que se encarga de regular los niveles de ácido retinoico en el tejido.

Cuando esta enzima se activa, las cantidades de ácido retinoico disminuyen, lo que facilita el desarrollo de las regiones distales. En caso de que haya una desregulación de esta vía podría provocar malformaciones, tales como articulaciones repetidas o que las extremidades tengan un tamaño desproporcionado.

Pero, no solo es la enzima la que participa en este proceso, sino que hay por lo menos otros tres genes involucrados en la formación de hueso. Además, el mapeo espacial de las extremidades también se ve afectado por el ácido retinoico de la isotretinoína. Por lo que la molécula es la que se encarga de controlar la regeneración de los miembros.

«Descubrimos que se trata esencialmente de una sola enzima llamada CYP26b1, que regula la cantidad de tejido que se regenera». Reveló Monaghan. Pero, no es lo único sorprendente, ya que se descubrió que la mayoría de los genes que ayudan al ajolote a regenerarse también los tiene el humano.

Para que los humanos puedan activar el mecanismo, se requeriría lograr que ciertas células adultas vuelvan a un estado embrionario.  «Podría tratarse simplemente de desencadenar la reprogramación celular adecuada». Concluyó el investigador.

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