El cáncer de páncreas es uno de las enfermedades más letales. La tasa de supervivencia es de apenas 5 años después de que se otorga el diagnóstico. Y eso, solo en un 8.6% de la población. Sin embargo, hay una forma de reducir la incidencia de estos temibles tumores.
De todos los cánceres conocidos, el de páncreas es el que tiene una tasa de supervivencia muy baja, de acuerdo con datos oficiales de la Sociedad Española del Cáncer. Los tumores en el páncreas se originan en las células de este órgano y casi siempre inicia en la cabeza del páncreas.
Hasta el momento, todavía no se conocen las causas exactas que provocan esta enfermedad. Sin embargo, sí se han identificado varios factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de padecerlo. Como el tabaquismo, las mutaciones en algunos genes y la existencia de casos de este cáncer en la familia.
También se ha descubierto que la forma en la que se interacciona con el sistema nervioso favorece (en una gran mayoría de casos), el crecimiento y desarrollo del tumor. Pero, de igual manera, se ha encontrado una manera en la que se puede reducir la aparición de tumores maliciosos en el páncreas.
Un nuevo descubrimiento
Científicos del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ) y del Instituto de Tecnología de Células Madre y Medicina Experimental de Heidelberg (HI-STEM), han descubierto que el tumor reprograma específicamente las neuronas para obtener beneficios.
Mediante una publicación en la revista Nature, explican que, en los ratones, cuando se bloqueó la función nerviosa, también se inhibió el crecimiento del cáncer. Así como también aumentó la sensibilidad de las células tumorales a algunos tipos de quimioterapias e inmunoterapias.
El equipo dirigido por Andreas Trumpp ha logrado por primera vez en la historia examinar las moléculas nerviosas. Tanto en tejido sano como en cáncer de páncreas en ratones. Algo un tanto difícil, pues en los tumores pancreáticos, los nervios están muy ramificados y en contacto con la mayoría de las células tumorales.
Se analizaron detalladamente las células individuales del tumor mediante un análisis molecular. Y se descubrió que el cáncer reprograma la actividad genética de los nervios para beneficiarse. Esto aumenta o atenúa la actividad de muchos genes, lo que le da una forma más específica del tumor.
Incluso después de que el tumor se extirpara, su sistema nervioso mantuvo las propiedades que promueven el cáncer. Y cuando reimplantaron las células de cáncer pancreático en los roedores sometidos a cirugía, los tumores secundarios que surgieron fueron el doble de grandes que los de los ratones los que se les habían trasplantado células de cáncer pancreático por primera vez.
Reducción de los tumores pancreáticos
Al momento de cortar las conexiones nerviosas simpáticas con el páncreas o destruirlas mediante el uso de neurotoxinas especiales, se logró inhibir en gran medida el crecimiento del tumor. También se redujo la actividad de los genes responsables del crecimiento de las células cancerosas y en los fibroblastos asociados al cáncer. Los cuales forman casi toda la masa tumoral.
En los fibroblastos asociados al cáncer, los investigadores observaron un aumento significativo de la actividad de los genes proinflamatorios después de la destrucción de los nervios. “Al parecer, las conexiones neuronales en el cáncer de páncreas suprimen la actividad proinflamatoria de los fibroblastos, inhibiendo así la defensa contra el cáncer por parte de las células inmunes”.
En caso de que la interrupción de las conexiones nerviosas tenga un efecto inflamatorio, podría aumentar la eficacia de las inmunoterapias con los inhibidores de puntos de control. Pues, al momento de cortar la conexión tumoral por medio de una neurotoxina, el tumor se sensibilizó. Y se redujo a una sexta parte de la masa en los animales de control.
“Al bloquear los nervios, pudimos convertir un tumor inmunológicamente frío en uno sensible a la inmunoterapia”. Detalló Simon Renders, uno de los principales autores de la publicación. “El resultado subraya que ambos tipos de células nerviosas tienen relevancia funcional para el crecimiento del tumor”. Explica Vera Thiel.
“El bloqueo completo de la comunicación entre los nervios y el tumor en combinación con quimioterapia y/o inhibidores de puntos de control inmunitarios es un enfoque prometedor para combatir el cáncer de páncreas de forma más eficaz en el futuro”. Finalizó Andreas Trumpp.