El hielo se derrite y las focas desaparecen: colapso en las poblaciones antárticas


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El calentamiento global sigue provocando consecuencias desastrosas. Recientemente, se alertó acerca de una baja en la población de pingüino emperador, pero no es la única especie afectada por esta situación. También las focas están pagando las consecuencias.

Créditos de imagen: Getty Images

Cuando se habla acerca de la Antártida o el Ártico, lo primero que se nos viene a la mente es una extensa cantidad de hielo. Así como algunos animales que allí habitan, como es el caso de las focas, los osos polares o los pingüinos.

Aunque pueda pensarse lo contrario, estas regiones de la Tierra están perdiendo hielo. Una situación lamentable relacionada con el cambio climático, pues el calentamiento de estas zonas ocasiona que el hielo se reduzca y las poblaciones de animales vayan en declive.

Hace algunos días, se dio a conocer que la población de pingüino emperador está en declive, cayendo en un 22%. Lamentablemente, esta especie no es la única que está en peligro, ya que un estudio acaba de anunciar que las focas también están en peligro.


Calentamiento global: una situación alarmante que está cobrando las vidas de cientos de ejemplares animales

El British Antarctic Survey (BAS) ha reportado en un nuevo estudio que las condiciones del medio ambientes están provocando un alarmante declive en poblaciones de focas antárticas en las Islas Orcadas del Sur. Este es un archipiélago que se ubica al noreste de la Península antártica.

Los investigadores han monitoreado las poblaciones de focas en la isla Signy desde 1970. A causa de estos monitoreos, se han podido predecir cómo las condiciones del hielo están relacionadas con la supervivencia de estas especies.

Este estudio analizó tres especies de mamíferos: las focas de Weddell, los lobos marinos antárticos y los elefantes marinos del sur. Las focas son altamente dependientes del hielo, tanto para reproducirse como para alimentarse. Pero su población ha disminuido en un 54% durante las últimas cinco décadas.

Lo más alarmante es que, cuando una población de focas presenta una disminución, otras especies también lo hacían. Esto se llama sincronía. Y, para saber cómo es que el hielo marino cambia con el tiempo, se basaron en los datos recabados por bases de datos como DOISST v2.1, que entrega información diaria sobre la temperatura del mar y la concentración de hielo.

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El hielo marino de la Antártida está cambiando

Gracias a los datos proporcionados, pudieron saber cuánto hielo había en la zona cercana a las islas con un área total de casi 38.000 kilómetros cuadrados. Si una parte del mar tiene al menos un 15% de hielo, se considera que hay hielo. Pero si no, se considera descubierta.

Anualmente, analizan el momento en el que el hielo alcanza su punto más bajo, que es en febrero. Gracias a ello, supieron cuándo empieza a volver el hielo, cuándo desaparece completamente, cuántos días se mantiene, y qué tan persistente es (es decir, si estuvo de manera continua o intermitente).

También prestaron atención al momento en el que se alcanza la mayor y la menor cantidad de hielo, a cuando el hielo avanza y retrocede varias veces durante el otoño o la primavera, o cuando se rompe debido a vientos o corrientes.

Esto afecta a los animales, por ello, es de esperarse que sus poblaciones se vean disminuidas. En el caso de las focas, se sabe que estas pueden variar naturalmente con las estaciones a causa de los cambios de temperatura y la luz, que afectan al hielo marino.

Y, aunque esto también les funcionó a los científicos para saber cómo se adaptaban los animales a estos cambios, lo cierto es que las focas de Weddell se ven amenazadas por el calentamiento global en la Antártida.

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