Se agrava el problema de los microplásticos: científicos encuentran aves que “crujen” por tanto plástico en sus estómagos


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Las aves cada vez corren más peligro. Recientemente, un grupo de científicos descubrió algo inquietante: los estómagos de las aves están llenos de plásticos. Un solo ejemplar rompió récord al encontrarse en su estómago más de 700 trozos de plástico.

Créditos de imagen: iStock

En varias partes del mundo, se han detectado bajas en las poblaciones de diversas especies de animales. Las aves son uno de los grupos más afectados, y gran parte de la disminución de sus ejemplares se debe a acciones humanas.

Un grupo de científicos de Adrift Lab realizaron un descubrimiento impactante. Y es que en la isla Lord Howe de Australia, considerada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, encontraron “pájaros que crujían”.

Podría parecer que este término no tiene nada que ver con el plástico, pero tristemente sí. Mientras los científicos se encontraban en trabajo de campo, en su primer día, encontraron un polluelo que había ingerido 778 trozos de plástico.


Esta exorbitante cantidad ha superado el récord que el mismo laboratorio estableció hace 15 años, por la mayor cantidad de plástico ingerido por una sola ave. Además, la isla en la que se encontró al polluelo es un lugar del que nunca se imaginó encontrar un hallazgo como ese.

Un desconcertante hallazgo

El equipo de científicos encontró un ave con el estómago lleno de plásticos. Esto, aunque ya es alarmante, empeora debido a que este material puede sentirse incluso desde fuera del animal, cuando todavía está vivo. Si presionas su vientre, se escucha el crujir de los plásticos.

La especie de aves más afectada es el pájaro cordero, ejemplares que han llenado tanto sus vientres con plástico que sus vientres crujen con el sonido de este material. De ahí que se les llame “pájaros crujientes”.

La Dra. Jen Lavers ha estado activamente tratando de hacer visible la situación por la que atraviesa el ave cordero. Incluso, solicitó ayuda de las autoridades de Australia para concientizar este terrible caso. Por lo que Peter Wish-Wilson, senador Verde, acudió a la isla en conjunto con los científicos.

Créditos de imagen: © Adrift Lab

Lo que encontraron al llegar a la isla: aves que crujían

Al llegar a la isla, se dirigieron a visitar a los pájaros cordero en su colonia, que es una colección de nidos excavados en la arena. Wish-Wilson mencionó que las aves son mansas y no temen a los humanos. Pues tan solo veían la luz de la linterna y corrían a su regazo.

Asimismo, ayudó al equipo a lavar el estómago de las aves. Fue así que vio cómo las aves arrojaban desechos que no deberían estar allí. Como una tapa de jeringa, una colilla de cigarro, un tapón de rosca de un mueble y otros trozos de plástico que eran difíciles de sacar.

Pero lo que encontrarían al día siguiente sería mucho peor: al diseccionar pájaros muertos de la playa, vieron algo en una de las aves que los dejó congelados: centenares de trozos de plástico en su estómago.

En total, eran 778. Rompiendo el récord que alguna vez había impuesto el mismo laboratorio: 403 piezas en el año 2024.

“Lamento decir que ayer mismo superamos el récord, y nuestro nuevo poseedor del récord son 778 piezas de plástico en un polluelo de ave marina de 80 días, en uno de los rincones más prístinos de nuestro planeta”. Revela la Dra. Lavers.

Esto es un llamado a toda la población del mundo, a evitar el uso de plásticos de un solo uso. Además de tomar conciencia acerca de la cantidad de desechos que producimos al año. Especialmente, porque el reciclaje no está siendo suficiente, y gran parte del plástico que generamos termina en los océanos. O, en los estómagos de nuestras aves y otras especies animales.

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