¿Te ha sucedido que anticipas un hecho y ocurre lo que has imaginado? Puede que no se trate de un don mágico, pues la ciencia ya ha encontrado que nuestras neuronas son capaces de predecir lo que va a ocurrir a continuación, con tan solo analizar una tarea.
Es más fascinante de lo que se cree, ya que se ha descubierto que algunas neuronas poseen una capacidad que en otros tiempos se hubiera pensado que se trata de magia. Pero esto es real y va más allá de lo que se creía como simplemente ‘una coincidencia’.
Pero lo que realmente sucede es que el cerebro es capaz de anticipar lo que va a ocurrir a continuación mientras se realiza una tarea. A pesar de que no se haya vivido antes esa situación en específico.
Esto se debe a la acción de un tipo de célula cerebral, la cual se ha identificado recientemente en ratones. El estudio que revela los hallazgos se publicó en la revista Nature.
Científicos identifican un tipo de célula cerebral que es capaz de anticipar el futuro
Suena increíble, pero es real. Los investigadores que llevaron a cabo el estudio encontraron en los ratones un tipo de célula cerebral que hace posible esto. La cual actúa como guía interna del comportamiento, misma que podría ser la que nos ayude a explicar cómo es que generalizamos y resolvemos los problemas que vivimos todos los días.
El hallazgo se realizó en la corteza cerebral. Exactamente, un conjunto de neuronas que se denominan “de progreso hacia el objetivo”. A diferencia de las place cells, estas células no se activan de acuerdo con el lugar en el que se encuentre el animal.
Sino que se activan de acuerdo con el avance de una secuencia conductual. Lo que demuestra que el cerebro no solo analiza el espacio físico en el que se encuentra, sino que también analiza la forma en la que se desarrolla una tarea.
En el experimento con ratones, se entrenó a varios roedores para que recorrieran cuatro puntos para buscar recompensas. Las posiciones en las que estaban los objetivos cambiaron, pero los animales fueron capaces de predecir el punto en el que encontrarían un premio.
Debido a que los objetivos no se quedaron en el mismo lugar, el hallazgo por parte de los animales no dependía de la memoria, además de que no habían estado en ese escenario anteriormente. Por lo que los ratones usaron su capacidad de identificar la estructura general del recorrido que realizaban.
Un hallazgo asombroso en nuestras neuronas
A lo largo del experimento, los científicos se percataron de la actividad neuronal con electrodos. Observaron que algunas de las neuronas se activaban cuando los ratones habían recorrido cerca del 70% del camino que los llevaba hacia el objetivo, sin importar la ubicación.
Mientras que otras neuronas reflejaban el avance hacia metas intermedias. Algo así como si el cerebro dividiera la tarea en etapas pequeñas, antes de que se alcanzara el objetivo. Por lo que podría tratarse de una manera de representar el progreso de una acción.
Por este motivo, los investigadores concluyeron que el cerebro podría hacer uso de este modelo, con el fin de anticiparse a lo que va a ocurrir cuando se presente un nuevo escenario. Pero utilizando los conocimientos que adquirió anteriormente para poder adaptarse a diversos contextos.
Algo así sucede cuando el cerebro es capaz de improvisar una receta que no tiene instrucciones exactas o armar un objeto, cosas que nunca hemos hecho antes. Lo que refuerza la teoría de que la corteza cerebral juega un papel importante en la organización abstracta del comportamiento.
Es decir, funcionando como un sistema que integra situaciones pasadas, actuales y posibles escenarios futuros. Y es gracias a estas neuronas que el cerebro no necesita depender exclusivamente de la memoria episódica. Sino que puede actuar con base a estructuras generales y previsibles.
Asimismo, sugieren una base biológica para las capacidades cognitivas complejas, como la planificación, la imaginación y la inferencia. Se cree que esto podría aplicarse en el desarrollo de inteligencias artificiales más avanzadas, para aprender de una forma más parecida a como lo hace el humano.