¿Has escuchado hablar sobre las cataratas de sangre? ¿Alguna vez las has visto mediante fotos? ¿Sabías que no puedes visitar este misterioso lugar? Aquí te contamos todo lo que necesitas saber.
El planeta Tierra es nuestro hogar, uno que creemos conocer de inicio a fin, o al menos en su mayoría. Pero la realidad está bastante alejada de lo que pensamos, pues recordemos que la mayor parte del planeta es agua y que solo conocemos un porcentaje mínimo.
Tal es el caso de las cataratas de sangre, mismas que se encuentran en el continente blanco (la Antártida) y de las que te hablaremos el día de hoy.
Estas cataratas no son precisamente de ‘sangre’ como su nombre lo dice, pues debes de saber que ese término se le puso como referencia, ya que sí parece sangre lo que sale.
Estas cataratas son producto del Glaciar Taylor que se encuentra en los Valles Secos de la Antártida y cuenta con una longitud de 54 km, mismo que fue nombrado así en honor al geólogo Griffith Taylor.
Debajo del glaciar se encuentra un lago que es bastante salado, y los expertos de la revista científica de National Geographic refieren que este tipo de agua tiene un punto de congelamiento más bajo, libera calor cuando se congela, posteriormente derrite el hielo y el río fluye.
El color rojizo de las cataratas de sangre en la Antártida
Esta tonalidad se debe a algo que nadie esperaba <
Lo anterior es lo que da ese distinguido color a las cataratas y la salmuera, aparte de provocar la tonalidad, también evita que el agua se congele y, en su lugar, fluya.
Si bien es cierto que estas cataratas son bastante atractivas para quien sea que le encante viajar por el mundo y retratar las mejor imágenes de paisajes naturales, la realidad es que no todos pueden pisar esa zona, ¿la razón? Te la explicamos a continuación.
Aparte de encontrarse en la Antártida, y solo poder llegar a ellas por vía aérea, los únicos que tienen la posibilidad de acudir hasta ellas son los científicos, pues esta es una medida tomada para poder evitar la alteración del ecosistema único que hay en estas cataratas.
Así que ahora ya sabes de qué se tratan más exactamente estas cataratas de sangre de la Antártida, que en realidad no son ‘sangre’, sino que es un resultado del hierro que se encuentra en los ríos y lagos subglaciales.
Nuestro planeta es bastante grande como para tener un sinfín de lugares desconocidos para científicos y también para el resto de quienes vivimos aquí. Así pues, cada uno de los hallazgo que tenemos debemos apreciarlos e interesarnos más por estos.