Nuevos estudios sugieren que un antibiótico común podría reducir el riesgo de esquizofrenia


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Un nuevo hallazgo ha sorprendido a la comunidad científica, al descubrirse que un antibiótico común podría ayudar a reducir el riesgo de que algunos adolescentes desarrollen esquizofrenia. Esta investigación podría ser clave para que pueda ser posible prevenirse este grave trastorno.

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Es probable que los antibióticos son la última opción que pasen por la mente cuando se trate de abordar trastornos mentales graves, como la esquizofrenia. Sin embargo, esto podría ser posible, según nuevas investigaciones de científicos de la Universidad de Edimburgo, la Universidad de Oulu y el University College Dublin.

De acuerdo con Mayo Clinic, la esquizofrenia es una enfermedad mental grave que afecta el modo de pensar, sentir y comportarse de las personas que la padecen. Entre los síntomas que la delatan, podrían encontrarse alucinaciones, ideas delirantes, así como pensamientos y comportamientos desorganizados.

Esto podría dar a notar que las personas que la padecen pierden el contacto con la realidad, lo que provoca que su vida cotidiana se vea afectada en múltiples formas. Y, debido a que los pacientes deben permanecer bajo tratamiento de por vida, es que el reciente hallazgo cobra una importante relevancia.


Científicos descubren que un antibiótico común podría ser de gran ayuda para reducir el riesgo de desarrollar esquizofrenia

La investigación fue publicada en el American Journal of Psychiatry. En ella, se describe el hallazgo de que los pacientes de los servicios de salud mental para adolescentes que recibieron un antibiótico común como parte de un tratamiento podrían reducir la probabilidad de desarrollar esquizofrenia en la edad adulta.

Esto en comparación con otros antibióticos que ya se habían probado en otros pacientes. El antibiótico es la doxiciclina, y de acuerdo con lo que mencionan los expertos, este podría tener un alto potencial para utilizarse como medida preventiva para enfermedades mentales graves.

Investigadores de la Universidad de Edimburgo, la Universidad de Oulu y el University College Dublin aplicaron modelos estadísticos avanzados a datos de registros de atención médica a gran escala en Finlandia. Se analizaron los datos de más de 56.000 adolescentes que acudían a servicios de salud mental y a quienes se les habían recetado antibióticos.

Fue en este momento en el que se descubrió que aquellos que habían sido tratados con doxiciclina tenían entre un 30 y un 35 % menos de riesgo de desarrollar esquizofrenia que sus pares que recibieron otros antibióticos. La hipótesis que surgió entre los investigadores es que el efecto de protección podría estar relacionado con la inflamación y el desarrollo cerebral.

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Investigaciones bajo análisis

Estudios anteriores han demostrado que la doxiciclina podría reducir la inflamación en las células cerebrales e influir en la poda sináptica. Que es el proceso en donde el cerebro redefine sus conexiones neuronales y se asocia con el desarrollo de la esquizofrenia.

El profesor Ian Kelleher, director del estudio y profesor de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Edimburgo, dijo. «Hasta la mitad de las personas que desarrollan esquizofrenia habían asistido previamente a servicios de salud mental infantil y adolescente por otros problemas de salud mental».

«Sin embargo, en la actualidad no contamos con ninguna intervención que se sepa que reduzca el riesgo de que estos jóvenes desarrollen esquizofrenia. Esto hace que estos hallazgos sean emocionantes.»

«Dado que el estudio fue de naturaleza observacional y no un ensayo controlado aleatorizado, no podemos extraer conclusiones firmes sobre la causalidad. Pero esta es una señal importante para seguir investigando el efecto protector de la doxiciclina y otros tratamientos antiinflamatorios en pacientes psiquiátricos adolescentes. Como una forma de reducir potencialmente el riesgo de desarrollar enfermedades mentales graves en la edad adulta.»

A pesar de que este hallazgo es sumamente prometedor, se trata de estudios observacionales y no controlados. Por lo que se necesitan más investigaciones para confirmar el mecanismo de acción del antibiótico y cómo podría integrarse a un tratamiento preventivo.

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