¿Qué son los USB dead Drops y por qué están escondidos en los muros de varios países?


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En un contexto global marcado por la vigilancia digital y el control de la información, algunos ciudadanos han optado por explorar formas alternativas de comunicación y almacenamiento de datos. Entre ellas destaca un fenómeno discreto pero vigente: los USB Dead Drops, dispositivos de memoria USB incrustados en espacios públicos para el intercambio libre y anónimo de archivos.

La iniciativa fue impulsada en 2010 por el artista alemán Aram Bartholl, quien propuso convertir las ciudades en una red física de intercambio de datos. La dinámica es sencilla. Se empotra una memoria USB en un muro, poste, edificio o estructura urbana, dejando únicamente visible el conector. Cualquier persona puede acercarse, conectar su computadora y descargar o subir archivos sin necesidad de internet.

Este método se presenta como una alternativa al intercambio digital tradicional. Los Dead Drops funcionan como microservidores urbanos que almacenan documentos, fotografías, música o mensajes anónimos. Sin embargo, carecen de supervisión o filtros de seguridad, lo que los convierte en espacios abiertos tanto para la creatividad como para el riesgo.

USB Dead Drops, la curiosa forma de forma de compartir información y archivos de manera anónima y física.

Un sistema sin protección

Especialistas en ciberseguridad advierten que conectar un dispositivo personal a un USB de origen desconocido implica riesgos significativos. Estos dispositivos pueden contener archivos maliciosos, virus o programas diseñados para robar información. Tampoco existen garantías sobre el tipo de contenido almacenado, ya que no hay regulación ni moderación.

Desde su creación, los Dead Drops se han instalado en numerosos países de Europa, América y Asia. Se han identificado en ciudades de Alemania, España, Francia, Países Bajos, Estados Unidos, México y Japón, entre otras. Algunos se encuentran en zonas visibles; otros permanecen ocultos, accesibles solo para quienes conocen su ubicación.

El proyecto cuenta con un mapa colaborativo en línea, donde los usuarios registran la ubicación de cada Dead Drop, acompañada de coordenadas, fecha de instalación y descripción. De acuerdo con dicha plataforma, el registro más reciente corresponde a un dispositivo colocado en una calle de México el 8 de octubre de 2025.

Existe un mapa actualizado de los puntos instalados Dead Drops en el mundo.

Arte, activismo y anonimato

Aunque surgieron como una propuesta artística, los USB Dead Drops también se han convertido en un símbolo de resistencia digital para ciertos colectivos que promueven la libre circulación de información y el anonimato. Para otros, representan una simple curiosidad urbana o un experimento social que cuestiona la dependencia de internet para comunicarse.

Pese al paso del tiempo, el proyecto sigue activo, aunque su crecimiento es moderado. Actualmente, más que una tendencia tecnológica, se considera una manifestación cultural y una forma de intervención en el espacio público.

Expertos recomiendan no conectar dispositivos personales directamente a estos puertos. En caso de hacerlo, sugieren emplear computadoras aisladas, sistemas operativos seguros o programas que minimicen los riesgos de infección.

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