El partido en Buenos Aires entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana fue suspendido este miércoles por la noche apenas iniciado el segundo tiempo por graves incidentes en las tribunas. La mala organización, la inacción de la policía y la violencia desplegada por ambas hinchadas se saldó con decenas de heridos. Videos subidos a las redes sociales desde el estadio mostraron cuerpos tirados en la tribuna visitante, donde se ubicaron los hinchas de la U. El embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera Gallo, informó de que “hay al menos un chileno grave”y que, en total, hay nueve ingresados en el hospital. El partido terminó con el marcador 1-1, resultado que daba la clasificación al equipo chileno.
La violencia comenzó durante el primer tiempo. Unos 3.000 hinchas chilenos, que inexplicablemente habían sido ubicados en una bandeja alta sobre la tribuna de los locales, comenzaron a tirar butacas, piedras y palos hacia los hinchas de Independiente que estaba debajo. Las imágenes de video los muestran incendiando los asientos y hasta arrojando una bomba de estruendo hacia las gradas donde se ubicaban los familiares de los jugadores. Ni la policía ni la seguridad privada del estadio intervinieron. En el arranque del segundo tiempo, que comenzó con demoras, simpatizantes locales entraron al campo de juego para detener el partido. Comenzó en ese momento una verdadera cacería.
Una facción disidente de la barra brava de Independiente entró a la tribuna visitante y comenzó a atacar a los pocos hinchas chilenos que aún estaban en las gradas. Los desnudaron y golpearon. Una imagen de video mostró a un hombre que cayó al menos unos 10 metros hacia el vacío, luego de, aparentemente, haber sido empujado por un hincha de Independiente armado con una especie de fierro. La foto final fue la tribuna con al menos tres cuerpos abandonados en los escalones y chilenos ensangrentados.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha denunciado a través de sus redes sociales una “evidente irresponsabilidad en la organización” y aseguró que “nada justifica un linchamiento. Nada”.
Daniel Schapira, directivo de la U, aseguró: “Terrible, es increíble esto. Siempre nos pasa algo. Es también un tema de organización: no pueden poner a la hinchada de la U arriba de la barra de Independiente. Aquí hay problemas de todos. Esto se convirtió en un circo”, se quejó. “Nos van a prohibir ser visitantes. Vamos a ser sancionados, no hay ninguna duda. Van a ser sanciones duras. Es un tema social, cultural; esto es mucho más que fútbol”, añadió.
El presidente de Independiente, Néstor Grindetti, culpó a la U por la violencia vivida en Avellaneda: “Hay un claro responsable”, dijo a TyC Sports. “Corresponde una sanción al club chileno y una liberación a Independientes”, agregó Grindetti.
La U, en tanto, por sus canales oficiales, informó que el equipo chileno quedará a la espera de la resolución. “Sin embargo, en estos momentos, lo deportivo pasa a segundo plano. Nuestra máxima preocupación es conocer el estado de los hinchas agredidos brutalmente en el Estadio Libertadores de América. Lo ocurrido hoy no debe suceder en ningún estadio ni lugar. Una cancha no puede ser escenario de imágenes como las que fuimos testigos”, aseguró el equipo azul.
Una hora y media después de la cancelación del partido, unos 350 hinchas chilenos fueron detenidos en la zona de Puerto Madero, en el centro de Buenos Aires. Los que no alcanzaron a salir en autobuses, fueron cobijados por vecinos de Avellaneda, informó la radio chilena ADN. El presidente Boric encargó el embajador Viera Gallo que se dirija personalmente tanto a la comisaría donde están detenidos los hinchas de la U como al hospital donde se encuentran los heridos para garantizar la seguridad de sus compatriotas.
(EL PAÍS)
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