Actualizado Lunes,
5
agosto
2024
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16:54Desconfianza por un lado, pero sensacin de que es la principal va para el laberinto venezolano. La minicumbre virtual propuesta para hoy entre Nicols Maduro y los tres presidentes izquierdistas, el brasileo Lula da Silva, el mexicano Andrs Manuel Lpez Obrador y el colombiano Gustavo Petro, ha suscitado tanta esperanza como polmica. Como punto de partida, los tres presidentes reclamaron transparencia en los resultados y dilogo interno cuando las actas oficiales ya son conocidas a travs de la base de datos aportada por testigos de la oposicin y testigos presentes en la sala de totalizacin del Consejo Nacional Electoral (CNE). Ms all del falso hackeo originado en Macedonia del Norte, la excusa chavista para no aportar los datos por mesas y centros electorales, la ley venezolana marca un plazo de 48 horas para hacer pblicos esos resultados. Un plazo que est muy superado, pero sobre el que se sigue dando vueltas: otra vieja aliada del chavismo, la ex presidenta argentina Cristina Kirchner, pidi el sbado que se publiquen las actas «por el legado de Chvez». El canciller colombiano Luis Gilberto Murillo insisti ayer en que buscan un acuerdo por la convivencia y la paz, cuando el gobierno de Petro ni siquiera ha condenado la represin chavista, que ya se ha cobrado 20 vidas, adems de las detenciones indiscriminadas, lo que ha provocado una oleada de crticas en su pas. «Colombia debe tener firmeza en las acciones de apoyo, junto a otros gobiernos, para lograr el entendimiento en todo los sectores polticos en el hermano pas», escribi Murillo en un artculo de opinin en El Tiempo. «Hay dos posibles explicaciones detrs de esta postura de los tres presidentes: una, ocultar la afinidad ideolgica, con diferencia de grado, de estos lderes de izquierda populista con el rgimen de Maduro; dos, si asumimos la hiptesis de que estn siendo moderados para mantener abierta una negociacin, varios elementos lo cuestionan, ya que con este tipo de autoritarismos la debilidad slo envalentona y les permite acomodar la represin y legitimidad internacionales», detall a EL MUNDO el historiador Armando Chaguaceda.Pese al estado de sitio de facto ordenado por Maduro contra los venezolanos, los tres presidentes se tomaron varios das libres y anunciaron una sorpresa. «La demora de las reuniones y la exigencia simtrica a gobierno y oposicin slo permite a Maduro ganar tiempo y fuerza. La revisin sin dilacin de actas, con observadores internacionales independientes -demanda que ha hecho el presidente chileno Gabriel Boric dentro del llamado campo progresista- es lo nico a la vez realista ante el fraude y represin que cobran vctimas cada hora», sentencia Chaguaceda. En una de las filtraciones de Petro a sus medios de cabecera adelant que Mara Corina Machado sera apartada de una posible mesa de dilogo. «Es inaceptable que la principal lder del momento quede excluida de la negociacin, es algo que se pone para que la oposicin patee la mesa y quede como intolerante. Tanto por las afinidades ideolgicas como por proponer una mediacin que no media es cuestionable», insisti el historiador. Respecto a las negociaciones que ha mantenido el chavismo durante 25 aos de revolucin ya se han publicado varios compendios y todos ellos tienen el mismo eplogo: los bolivarianos nunca cumplieron, ganaron tiempo y resquebrajaron a la oposicin. Algo parecido ocurri con los Acuerdos de Barbados, incumplidos desde la primera letra por Maduro, protagonista hoy del mayor fraude electoral en la Historia de Amrica Latina. Un fraude que slo ha inquietado a parte de la Patria Grande, que agrupa a izquierdistas, revolucionarios y populistas. Las dictaduras cubana y nicaragense respaldan plenamente a su aliado, junto a Bolivia y Honduras. Despus est la postura ya conocida de los tres presidentes y la de Boric, que al recibir a sus diplomticos expulsados de Venezuela volvi a ser taxativo: «No reconocemos el proclamado triunfo de Maduro y hacemos un llamado a respetar ntegramente los derechos humanos de los manifestantes y terminar con la violencia y las detenciones arbitrarias». La Historia desnuda a los otros lderes de la Patria Grande: «Frente a los dictadores Pinochet, Videla y Somoza, los gobiernos democrticos de los 70 rompan relaciones, ayudaban poltica y materialmente a sus opositores, incluso apoyaban a sus resistencias armadas», concluye Chaguaceda.