Xavi Hernndez fue amonestado en el Athletic – FC Barcelona / Valent EnrichLos ltimos 25 minutos de la primera parte han sido un espejismo para el barcelonismo. Tambin una muestra de que cuando miramos hacia arriba y nos olvidamos de posesiones horizontales intiles, somos un equipo competitivo. El espejismo se ha difuminado y con l, la revelacin del culpable. Los cambios han sido extraos y el fsico de los jugadores ha puesto en evidencia que algo no se est haciendo bien. Si no era evidente ya. Salimos de unos cuartos de Copa con ms dudas que antes; no solo en lo puramente futbolstico, sino tambin en la gestin del equipo. Los culs estamos enfrentados entre nosotros por un gran dilema.Salvar o no salvar a Xavi Hernndez, salvar o no salvar a nuestro rey. Pero los defensores de su continuidad, cada da que pasa, tenemos menos argumentos para defendernos. Todo gran dilema carece de una respuesta clara, pues este es uno de ellos donde la incgnita envuelve la solucin. El amor por lo que significa como leyenda del club, hace que rehuamos de sentencias firmes. Pero sin esa autocrtica real, que parece no querer llegar, el proyecto est muerto. No se pueden defender algunos de los cambios hechos por el entrenador, pero este no es el problema real.Lo que es indefendible es ver el estado fsico de los jugadores a mitad de temporada. Que en el minuto 80 varios jugadores resoplen moribundos mientras el equipo rival sigue apretando como los primeros minutos, no deja en muy buen lugar al equipo tcnico. Y en una situacin como la que vive el club, donde no se puede permitir ningn fichaje y se debe confiar en la plantilla que tenemos llena de calidad, lo que es obligatorio es estar al 100% fsicamente al menos hasta final de temporada y no arrastrarnos por los campos a finales de enero.La realidad es la que es y lo hemos visto todos. Por mucho que queramos aferrarnos a la imagen de ver a Xavi triunfar como entrenador en el club de su vida, si la dinmica interna del equipo no cambia, seguiremos por el mismo cauce del fracaso. Puede doler aceptar lo evidente, pero sacarse el velo para afrontar el descalabro, sea cual sea, siempre es desagradable. Y este es la labor del entrenador; a partir de hoy debe dejar que el sentido autocrtico se apodere de l para as cambiar la dinmica de un grupo muerto anmicamente y fsicamente.Porque si seguimos con el relato ficticio de que todo est bien, el Madrid nos volver a meter 4, nos seguirn eliminando de la Copa del Rey y los jugadores seguirn resoplando como moribundos y con los gemelos subidos antes del pitido final.